Faro Lariño

También conocido como Faro de Punta Insua, Se trata de una edificación que merece ser visitada dada su singularidad arquitectónica y la hermosura del lugar en el que se ubica, sobre todo sus puestas de sol. Se construyó durante los años comprendidos entre 1913 y 1921. Se encuentra Punta Ínsua, que constituye el punto geográfico que ayuda a fijar la entrada en el arco de Fisterra y la ría de Corcubión, con el fin de completar el sistema de iluminación de los faros de Corrubedo y Fisterra. Se trata de un amplio edificio con planta en forma de U, obra del ingeniero Salvador López Miño, construido en piedra, y pintado de blanco.

Pegado al muro oeste, se levanta majestuosamente la torre del faro, de 14 metros de altura, coronada por una cúpula con una veleta metálica, donde figura el año de su inauguración: 1920. Hasta finales de los años 80 fue la residencia de los sucesivos fareros y de sus familias y a partir de 2021 se habilita como establecimiento de alojamiento turístico, para convertirse en uno de los hoteles más singulares y exquisitos de toda Galicia, pero conservando su finalidad principal como faro.

En la actualidad el faro emite una luz blanca y roja que alcanza una distancia de 20 millas. La zona al lado del faro cuenta con una de las mejores playas del litoral e irradia tranquilidad y sosiego, con bellas panorámicas que ofrecen una puesta de sol sobre el océano inolvidable.

El Ariete

Toda navegación frente a la Costa da Morte ha pagado un tributo. Las naciones con actividad marítima -todas ellas- tienen numerosos ejemplos hundidos en nuestras aguas, tanto pertenecientes a navieras privadas como a sus marinas militares y la Armada Española no iba a ser una excepción. Su tráfico frente a Galicia hubo de satisfacer un tributo en buques hundidos que hoy forman parte de nuestro patrimonio cultural. todos ellos descansan a escasa distancia de esa orilla donde la mentalidad continental encierra a muchos seres humanos.

El 25 de febrero de 1966, hacia las diez de la noche, la fragata Ariete encalló en la playa de Ardeleiro en Lira. Esta fragata de la clase Audaz, construida en Ferrol y botada en 1955 tenía 94 metros de eslora y 1552 toneladas de desplazamiento. Después de salir de Ferrol en dirección a Cartagena el 24 de febrero de 1966, se encontraron con un progresivo empeoramiento del tiempo, alcanzando vientos de fuerza 9 con rachas de 120 km / h, lo que causó graves daños en el barco hasta el punto de dejarlo prácticamente sin ningún gobierno. Después de las señales de alarma, tanto un petrolero como, sobre todo, el destructor Legazpi que logró darle un remolque que al final se rompió, quedando el destino del Ariete sellado. El barco encalló a las diez de la noche en Lira, donde el heroico comportamiento de los vecinos de Carnota que acudieron a prestar auxilio, en algunos casos lanzándose al mar sin evaluar el riesgo para sus vidas y con el coraje característico de la gente de estas tierras que le valió a 67 de ellos la Cruz del Mérito Civil, salvaron a 168 personas. Cuatro décadas después, medio centenar de tripulantes regresaban a Lira para revivir aquel hundimiento. Los militares se reunían en las inmediaciones del santuario de la Virgen de los Remedios, donde se inauguraba un monolito en recuerdo de la tragedia.

Hórreo de Carnota

Los hórreos son unas de las construcciones tradicionales más genuinas de Galicia y muy especialmente de Carnota en cuyo municipio se pueden contar más de 884 hórreos, aunque se debe hacer especial mención a los hórreos de Lira y Carnota tanto por sus dimensiones como por pertenecer a la Iglesia. Su uso originario era guardar, secar y conservar el maíz y otros productos de la tierra, para ello almacenaban el grano de manera que al estar levantados sobre pilares mantenían los alimentos lejos de la humedad o animales haciendo las ranuras funciones de ventilación. Sin embargo, con la desaparición progresiva de la agricultura tradicional se fue perdiendo su funcionalidad originaria para convertirse en elementos de decoración. En la actualidad la ley ampara su conservación.

El Hórreo de Carnota, declarado Monumento Nacional, fue construido en 1768, pero fue en 1783 cuando se amplió con nuevos pares de pies. Tiene 34,76 metros de largo y 1,90 metros de ancho y cuenta con 22 pares de pies. Existe desde siempre cierta rivalidad sana entre los vecinos de las parroquias de Lira y Carnota sobre cuál de los dos hórreos es merecedor del galardón “al más grande”. La Iglesia de Santa Comba de Carnota, construida en 1755, es de estilo barroco clasicista. El altar mayor está presidido por un hermoso retablo, obra del escultor José Ferreiro. La iglesia y el hórreo, junto con la casa rectoral y el palomar, forman un conjunto arquitectónico de indiscutible belleza.

Hórreo de Lira

Este hórreo, junto con su vecino de Carnota, son parada obligada ya que son los más grandes de toda Galicia. Es 22,5 cm más corto que el de Carnota, pero 22,5 cm más ancho Está formado por la Iglesia de Santa María de Lira, el hórreo, la casa rectoral y el palomar, igual que el de Carnota.

El Hórreo de Lira fue construido entre 1779 y 1814 por el arquitecto Gregorio Quintela, sobre una plataforma de piedra, con la finalidad de salvar el desnivel del terreno. Igual que el de Carnota, cuenta con 22 pares de pies pero mide 36,53 metros de longitud y 1,60 metros de ancho. Existe desde siempre cierta rivalidad sana entre los vecinos de las parroquias de Lira y Carnota sobre cuál de los dos hórreos es merecedor del galardón “al más grande”. Desde 2013 se celebra, cada verano, una gran fiesta de exaltación de la cultura popular en las cercanías del hórreo, organizada por la Asociación Cultural Canal de Lira, que genera mucha expectación

Monte Pinto y la Cascada de Ézaro

El espectacular Monte Pindo, es un apéndice montañoso de rocas graníticas redondeadas y que acaba al borde del mar. En lo a alto, desde su mirador de A Moa, a 627 metros de altitud, podemos visualizar la inmensidad del océano atlántico el amplio y escarpado panorama costero que se extiende a sus pies (Fisterra, Corcubión, Cee, la playa de Carnota, punta de Caldebarcos). Este monte es considerado como un lugar mítico, en torno al que se han ido desarrollando numerosas leyendas sobre sus antiguos pobladores, los celtas, y sobre las propiedades mágicas de la zona. Se le ha denominado Olimpo Celta, por ser un monte sagrado para los celtas, que realizaban sus sacrificios sobre aras pétreas. la disposición vertical de sus piedras recuerdan a las figuras humanas de los héroes celtas, los cuales se negaron a abandonar el lugar permaneciendo en forma de piedra para la eternidad.

Sin abandonar la zona no podemos dejar de visitar Ézaro, es la única parroquia del municipio que linda con el mar, el océano Atlántico. Aunque lo que caracteriza y por lo que es más conocida esta parroquia, es por su cascada «Fervenza do Ézaro» donde el río Xallas impregna y determina todo el carácter del Concello de Dumbría. Lo atraviesa de norte a sur, hasta desembocar en su máxima expresión en forma de cascada, directamente sobre el océano Atlántico. La cascada del río Ézaro está repleta de legendarias historias; desamores de princesas, poderes sobrenaturales, encantamientos, ritos, etc. Además es el único río de Europa que desemboca de esta manera sobre el mar.

Antes de convertirse en cascada, el río es retenido por tres embalses; el de Fervenza, Castrelo y Santa Uxía. Estos lugares son recomendados por su belleza paisajística, así como por su abundante flora y fauna autóctonas. Destacando especialmente las llamadas Pías o Caldeiras, que son cavidades naturales construidas a lo largo de los siglos por el río, bañadas por transparentes aguas de color turquesa. En el último tramo el río tiene un desnivel de 155 metros, y la altura de la cascada es de 40 metros.

Es un espectáculo que se puede disfrutar tanto de noche como de día, y es que la cascada se ve preciosa en una noche clara y a la luz de la luna, reflejando ésta en el agua que cae desde lo alto.

La zona es un lugar inigualable para la práctica del senderismo y forma parte de una zona de especial protección, incluida dentro de la Red Natura 2000, que posee un gran interés geológico, botánico, faunístico y paisajístico, lo que lo convierte en un recurso turístico de referencia del geo destino.

Playa de Carnota

La Playa de Carnota es una obra de arte en plena naturaleza, con más de 7 km de arenal y con forma de media luna, es la playa más grande de Galicia. Este espacio natural de gran belleza posee un gran interés medioambiental.

Se trata de un conjunto único de dunas y marismas con una laguna interior que acoge comunidades vegetales y animales de gran interés. Sirviendo, además de refugio para una gran cantidad de especies de aves migratorias y ser uno de los pocos lugares de Galicia donde anida la píllara papuda. Su belleza no precisa de explicación, el color de su área, el sonido del mar, un paisaje paradisíaco prácticamente virgen a los pies del Monte Pindo, que sirve de refugio para una gran cantidad de especies de aves migratorias. Además de ser uno de los pocos lugares de Galicia donde anida la píllara papuda, un ave que se encuentra en peligro de extinción debido a la constante alteración de su hábitat.

Senda Verde, una ruta en el espacio y en el tiempo

La que hoy es una de las rutas más populares del Carnota, fue en su día el camino de paso entre los Ayuntamientos de Carnota y Muros.

Antes de la construcción de la actual calzada por la costa, los vecinos y vecinas de Carnota, aunque mayoritariamente las mujeres, levantaban a menudo los cestos con productos de la tierra, huevos o leche y se dirigían a la feria a Muros. En su lugar, traían otros productos de los que no disponían en sus hogares, lo que se conocía con el nombre de “ trueque”. Ese mismo camino que tanto recorrieron estas mujeres por trabajo, es hoy un lugar para pasear y disfrutar del entorno.

Muchos deciden recorrer los 14 km que separan El Fondeadero de Louredo, a pie y otros en bicicleta pero todos ellos dicen quedar atónitos con las espectaculares vistas que ofrece la ruta de la Playa de Lariño, la Playa de Carnota, de Portocubelo y del Monte Pindo. El camino actual no se corresponde en su totalidad con el camino antiguo. Desde la Senda Verde hoy se pueden tomar varios desvíos, algunos de ellos conducen a los distintos núcleos de población y otros a los distintos yacimientos arqueológicos que conforman el Museo Arqueológico Abierto de Carnota.

Miradores: Louredo y Lira

Hay tres formas de llegar a Carnota, dos de ellas son bordeando la costa y otra accediendo desde el interior. Si se decide hacerlo por esta última, la entrada en el municipio es grandiosa. En el momento que empieza el descenso hacia Carnota la estampa de la kilométrica Playa de Carnota cobra todo el protagonismo y ahí en ese mismo lugar donde se abre camino al Atlántico, se divisará por primera vez la playa más larga de Galicia con más de 7 km de arena blanca y fina. No es casualidad la existencia de un mirador en este lugar. Los visitantes sintieron desde siempre la necesidad de hacer una parada para contemplar las vistas privilegiadas que ofrece este lugar y mismo inmortalizar el momento. El mirador está acondicionado con un pequeño merendero, paneles informativos, una sucesión de bancos en forma de U con vistas a la Playa de Carnota y además cuenta con una representación del artista carnotán “Nando Lestón” que recuperó árboles calcinados durante lo último incendio en el Monte Pindo y les dio una segunda oportunidad.

Desde el Mirador de Lira en días despejados podrás disfrutar de unas espectaculares vistas panorámicas de la parte sur de la Costa da Morte. Podrás ver de manera simultánea los Faros de Lariño y Fisterra. El Mirador está situado en la parte alta del Monte de Lira aprovechando la orografía del terreno. Cuenta con un área de descanso en sus cercanías y una representación de losas verticales que incluyen réplicas de petroglifos, obra del cantero “Xosé Cernadas”. A pesar de ser uno de los miradores del Ayuntamiento que ofrece unas de las mejores vistas aéreas, no es el más visitado debido los estrechos accesos que conducen a él.

Reserva dos Miñarzos

Los Miñarzos que es la primera Reserva de Interés Pesquero de la costa atlántica en la península Ibérica, fue creada por iniciativa de la cofradía de pescadores de Lira y biólogos marinos. El objetivo de la reserva es regular las actividades pesqueras para conservar las especies explotadas, con el fin de garantizar la sostenibilidad del ecosistema marino. Al limitar el acceso y regular las actividades extractivas se consigue que las especies puedan alcanzar mayores tallas, lo cual es importante pues a mayor talla mayor número de huevos por puesta. A los posibles beneficios relacionados con las pesquerías se suman otra seria de ventajas para él ecosistema, como la conservación de los hábitats y él aumento de la biodiversidad. Para garantizar la mejor gestión cuenta con vigilancia marítima terrestre, un puesto de control de capturas en el puerto y un censo de embarcaciones que pueden pescar dentro de la reserva, pertenecientes a varias cofradías de las cercanas al área protegida.

Los Miñarzos ocupa una extensión de 2.074 hectáreas, en ella existen dos reservas integrales, que ocupan unas 79 hectáreas. Dentro de la zona de reserva se definen medidas más restrictivas que las establecidas por la normativa pesquera general, referidas a períodos de actividad, tamaños mínimos de los ejemplares y cuotas de captura por barco. En las reservas integrales está prohibida toda actividad extractiva y la realización de actividades subacuáticas, únicamente se permiten con permiso expreso actividades con fines científicos. En todo el ámbito de la reserva marina está prohibida la pesca submarina, pero se permite el buceo de recreo, de observación y por supuesto fotográfico, exceptuando las referidas reservas integrales. La cofradía de Lira (Mardelira) promueve la valorización de la cultura de la pesca mediante el proyecto Mardelira, que permite conocer cómo es una jornada normal de trabajo en el mar y la vida de un pequeño puerto pesquero. Además organiza talleres de pesca para escolares, rutas guiadas y salidas en barcos para pescadores deportivos de caña en las que se práctica la pesca sin muerte.

Montelouro y Laguna de Xalfas

Montelouro es el coloso mas emblemático del Ayuntamiento de Muros, coronado por dos cumbres que frente a la inmensidad del mar protegen de los vientos la playa de San Francisco situada en la parte interior de la ría. En la parte externa encontraran la laguna de Xalfas separada del mar por unas bellas formaciones dunares, y que en días de temporal se comunica con el mismo cuando el fuerte oleaje se abre paso hacia el interior. La laguna de Xalfas catalogada como lugar de importancia comunitaria se forma debido al estancamiento de las aguas del río longarella y con una profundidad máxima de 2 metros algerga infinidad de aves.

Dice la leyenda que en la laguna hay una aldea hundida y que en los días de temporal se pueden escuchar las campanas junto con las voces de los habitantes.

Muros

La villa medieval con carácter señorial de Muros enamora a todo el que la visita. Su enclave privilegiado y la riqueza histórica de la villa la convierten en uno de los municipios gallegos con mayores potenciales de explotación turística. Fue declarada “conjunto histórico-artístico” en el año 1970 y conserva el encanto de sus estrechas calles, antiguas escalinatas de piedra y sus soportales que hacen que Muros tenga su única estampa en Galicia.

Desde el Curro de la Plaza y hacia la Calle Real se puede realizar un paseo que nos traslada a otro tiempo al pasear por sus calles cargadas de historia. La Plaza del Mercado (antigua Plaza Mayor) en la que es obligada una parada para disfrutar de la bella arquitectura, tras la que se puede descansar visitando las dos plazas más especiales de la villa: La plaza del Cristo con su precioso crucero labrado en1789 y la Plaza de la Pescadería Vieja convertida en zona de restaurantes. en donde se haya una curiosa fuente de cantería que reproduce la silueta de un reptil con alas.

Molino de mareas, Pozo de Cachón

En una villa tan marinera incluso la agricultura se aprovecha del mar. En este caso lo hace para moler el grano. Y es que la expansión del maíz hizo que los pequeños molinos de río no fuesen suficientes, y a principios del siglo XIX se construyó el llamado Muíño de Bazarra, por el nombre de su constructor, D.Ignacio Perez Bazarra hoy más conocido como Muíño de Pozo do Cachón. Se trata, por su tamaño y estado de conservación, de uno de los más importantes de la Península.

Su funcionamiento aprovecha el movimiento de las mareas.

La clave está en el dique de más de 230 m. Durante la pleamar acumula el agua y se cierra el dique para evitar su salida. Cuando el nivel de las aguas ha bajado se abren las compuertas, de modo que el agua retenida sale accionando la ‘moas’, triturando el grano.

En el Pozo do Cachón, sobre estas ‘moas’ se alza una planta que sirvió como almacén e, incluso, como casa de baños para tratamientos con agua marina y algas. Hoy es un centro cultural abierto al público.

Arte rupestre: Los Petroglifos

El de los petroglifos gallegos es un arte que se enmarca dentro de las manifestaciones artísticas de la edad de bronce y buena parte de la edad de hierro. Con formas muy variadas, estas figuras grabadas en la roca son, tal vez la más original expresión artística del mundo gallego y siempre dentro del esquematismo o la abstracción. En los petroglifos gallegos se representan figuras circulares variadas, laberintos, cazoletas, armas, escenas de caza, animales diversos, así como representaciones humanas de difícil interpretación.

Las grabaduras suelen estar situadas sobre las rocas graníticas en las zonas próximas a los cursos de agua, en laderas de vertientes montañosas o en colinas, la técnica consiste en un piqueteado con un instrumento que actúa a modo de cincel o bien con una continuada acción de abrasión por frotamiento con un instrumento cortante.

En Muros tenemos a Cova da Bruxa que es uno de los conjuntos más interesantes del arte rupestre gallego, tanto por su extensión al ser uno de los mayores de la zona como por su variada gama de motivos de alta complejidad. Figuras como ciervos, cánidos, equinos y una figura humana rodeadas de representaciones circulares parecen querer expresarnos alguna clave de lo que eran en su momento nuestros ancestros.

Finisterre

El pueblo de Finisterre, nombre procedente del latín finis terrae, cautivó desde antiguo a multitud de personas que anhelaban asomarse al fin del mundo, donde la tierra acaba y el mar comienza, o por lo menos así lo creyeron las legiones romanas al contemplar el hundimiento del sol en sus aguas.

Antiguos geógrafos grecorromanos ubican aquí el Promontorium Nerium y el Ara Solis, el altar de culto al sol, construido por los fenicios y que el mismo Apóstol Santiago hizo destruir al poco tiempo.

La singularidad de Finisterre surge de las muchas leyendas que envuelven a estas tierras, en las que se entrelazan temas religiosos, marítimos y elementos pétreos. Gracias a la memoria de la gente de este lugar, estas leyendas siguen vivas, cautivando, junto a las maravillosas vistas que Fisterra posee, a todo aquel que se asoma a visitar el Fin del Mundo.

Finisterre está formado por un núcleo antiguo crecido en anfiteatro sobre el puerto. Sus casas y estrechas calles son de un gran tipismo y originalidad. En el centro se encuentra la Plaza de Ara solis, en las afueras, , encontramos el monumento más interesante de la villa: la Iglesia de Santa María de las Areas y dentro del conjunto histórico de la villa, destaca también el Castillo de San Carlos. Pero de visita obligada es su faro construido en 1853, de 138 m. sobre el mar el cual protege una de las costas más peligrosas del mundo.

Es conocido por todos los navegantes del mundo, por su importancia como medio de advertencia de la proximidad de una costa sumamente peligrosa, su luz llega a alcanzar 65 Km de longitud, así como por la fama de traicionera de esta zona marítima.

Es el faro más occidental y emblemático de Europa, considerado tradicionalmente como el cabo del fin del mundo, «Finis Terrae».